martes, 2 de mayo de 2023

LA POLÍTICA ECONÓMICA DEL PERONISMO

La política económica peronista[editar]

La política económica del primer peronismo estuvo apoyada en cuatro grandes líneas:
  1. Ampliación del mercado interno, a través de la inclusión de sectores marginados y aumento de los ingresos y salarios de los sectores más postergados;
  2. Intervención y regulación de la economía por parte del Estado, incluyendo nacionalización de sectores estratégicos;
  3. Promoción de la industrialización y la producción nacional;
  4. Planeamiento económico.
1. Mercado interno. La ampliación del mercado interno se produjo principalmente a través de la política social y laboral.
2. Estado. En algunos casos el peronismo amplió las funciones de algunas reparticiones y empresas del Estado que ya existían, varias de ellas credas en la década anterior, como el Banco Central (que nacionalizó), el Banco Nación, la Junta Nacional de Carnes, la Junta Nacional de Granos y la empresa Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). A ello se sumó la creación del IAPI al que se le atribuyó el monopolio del comercio exterior; de una empresa estatal siderúrgica (SOMISA) y la elaboración de un Plan Nacional Siderúrgico, dirigida por el general Manuel Savio; la nacionalización de los ferrocarriles y creación de la empresa Ferrocarriles Argentinos, la nacionalización del servicio telefónico y creación de la empresa ENTel, la creación de la empresa Agua y Energía Eléctrica; nacionalización del grupo naviero Dodero; creación de la empresa Aerolíneas Argentinas; creación de la empresa Gas del Estado.
3. Industrialización y producción nacional. El peronismo promovió la industrialización y la producción nacional, ampliando el mercado interno, créditos públicos, a través de las empresas estatales, o por medio de políticas tarifarias y de compras preferenciales del Estado, como el "compre nacional".
4. Planeamiento. El primer peronismo le dio una gran importancia al planeamiento macroeconómico, aprobando dos planes quinquenales, el primero para el período 1947-1952 y el segundo para el período 1953-1958.
La llegada del peronismo al poder se produce en plena posguerra mundial, lo cual significaba la debilidad económica de una Europa en ruinas, y el liderazgo creciente de Estados Unidos en el Hemisferio Occidental. En este escenario, Argentina se encontraba por primera vez en su historia en la posición de acreedor de los países centrales, gracias a las exportaciones de carnes y granos a las potencias beligerantes. El principal deudor era el Reino Unido que ante la emergencia declaró su iliquidez, bloqueando la libre disponibilidad de esos montos. El gobierno peronista optó por utilizar parcialmente esos créditos para adquirir empresas de servicios públicos de capital británico, como fue el reconocido caso de los ferrocarriles que emisarios ingleses venían intentando vender desde 1938. En septiembre del 46', el gobierno peronista impulsó el tratado Miranda-Eady, que creaba la "Sociedad Mixta en FF.CC.", donde, amén de otros privilegios concedidos al capital británico, se le reconocía una abultada inversión de $2.000 millones, se le garantizaba una ganancia mínima del 4% anual ($80 millones), y la exención ilimitada de aranceles de importación. (dicho tratado cayó ante la presión del secretario del tesoro de EE.UU., el cual obligaba al Reino Unido a cancelar sus deudas al contado).
La bonanza económica de la Argentina continuaba, impulsada por el creciente mercado que se había formado por la baja de las importaciones provenientes de los países en guerra. Esto permitió al gobierno aplicar una vasta política de bienestar que incluía la efectivización de nuevos derechos sociales, como períodos de vacaciones y descanso, planes de vivienda, inversiones en salud y educación, etcétera. Estas conquistas sociales fueron ampliamente capitalizadas por las figuras de Perón y su esposa, Eva Perón, que manejaba una fundación de asistencia social financiada principalmente con fondos estatales y algunos aportes empresarios. Las nacionalizaciones y estatizaciones de los servicios públicos, como los ferrocarriles británicos, fueron proclamados como conquistas de soberanía e independencia económica.
No obstante, el contexto mundial pronto dejó de ser favorable ya que los Estados Unidos mediante el Plan Marshall, comenzó a ubicar sus excedentes agrícolas en Europa limitando el acceso al mercado de los alimentos argentinos.
A partir de 1950, la situación económica comienza a empeorar y un nuevo ministro de Asuntos Económicos, Alfredo Gómez Morales, aplicó medidas de corte ortodoxo, como el ajuste del gasto público; Perón, que había declarado una vez que "se cortaría las manos" antes que endeudar a la Nación comprometiendo su independencia económica, contrajo finalmente un préstamo con el Banco de Exportaciones e Importaciones de Estados Unidos (Eximbank) y firmó contratos de explotación petrolífera con compañías extranjeras.
VIDEO: Primera y segunda presidencia de J. D. Perón (1945-1955)
https://youtu.be/_gy0Pd9W4yE

Las tres banderas ideológicas del peronismo:


Este nuevo sistema de pensamiento profundamente nacional, popular, humanista y cristiano, ofrecería a nuestro Pueblo tres banderas doctrinales que representaban, a su vez, aquella síntesis de lo social y lo nacional que encarnó el peronismo desde su nacimiento. En efecto las célebres banderas: justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política.  La Justicia Social orienta la solución de la problemática social derivada de la explotación del hombre por el hombre, pero fuera del esquema de la lucha de clases y del internacionalismo que planteaba el socialismo. La Independencia Económica y la Soberanía Política, son banderas que representan la reivindicación nacionalista frente a la dependencia que sufría nuestro país frente al imperialismo y que viabilizaban la Liberación Nacional reclamada, sin endiosamientos al Estado, como planteaba el fascismo, o a razas superiores como había pretendido el nazismo.

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jueves, 27 de abril de 2023

"REVOLUCIÓN ARGENTINA"

 

DEPENDENCIA O LIBERACIÓN EN ARGENTINA (1966-1976)

EL ENSAYO AUTORITARIO DE LA "REVOLUCIÓN ARGENTINA"

 

El problema de gobernar sin el peronismo.

 La "Revolución Libertadora" pretendió "desperonizar" al país, pero ni su dictadura ni las democracias condicionadas por la proscripción del peronismo pudieron lograrlo. Después de 1955 los peronistas no tenían todavía la fuerza u organización suficiente como para tomar el gobierno, pero sí desestabilizaron a los sucesivos gobiernos que intentaron imponer una fachada democrática. Frente a esta situación, el general Juan Carlos Onganía se presentó como "la" solución para diferentes sectores: ejercer un gobierno autoritario sin establecer plazos para una salida democrática, con el objetivo de modernizar y racionalizar la economía. Esta nueva dictadura militar buscó el apoyo del nacionalismo católico, por lo que se autotituló Revolución Argentina.

El consenso golpista:

 La campaña mediática había instalado en la opinión pública la idea de la inevitabilidad y la necesidad del golpe. Para apoyar el discurso desarrollista del general Onganía, los sectores empresariales grandes, pequeños y medianos, avalaron el pronunciamiento. Los grandes productores agropecuarios exportadores también, en un principio, respaldaron a Onganía. Las empresas transnacionales se hallaban enfrentadas al gobierno de Illia por su política petrolera y de medicamentos y los sindicatos peronistas también se oponían a Illia. El dirigente metalúrgico Augusto Vandor consideraba que tendría más oportunidades de liderazgo con un gobierno autoritario, donde no existiera la competencia de los partidos políticos. De esa manera, la CGT (Confederación General del Trabajo) constituyó la única organización popular permitida y comenzó a tener reuniones con representantes del Ejército. Un amplio sector de la población era indiferente al levantamiento, ya sea por influencia del periodismo, o por ser peronistas y estar proscripto excluidos de la política.

Perón, desde España, no se pronunció a favor ni en contra de los acontecimientos y prefirió esperar para ver cómo se desenvolvían: ordenó "desensillar hasta que aclare". Lo mismo hicieron otros dirigentes, como los de la Democracia Cristiana, que expresaron: "El gobierno se merece un golpe, pero el país no". En cambio, los políticos antiperonistas que temían la victoria aplastante del peronismo en 1967, sostenían decididamente la insurrección. Finalmente, a nivel internacional, Onganía contaba con el visto bueno de Estados Unidos, que sostenía la dictadura militar brasileña de Castelo Branco y que profundizaba su intervención en la guerra de Vietnam. Con este consenso, no hubo reacción civil o militar cuando, el 29 de junio de 1966, el presidente Arturo Illia fue expulsado de la Casa Rosada sin siquiera ponerlo preso.

La "legalidad" y los objetivos de Onganía:

 La primera medida que tomó esa dictadura fue la disolución de toda la legalidad anterior: la destitución de las autoridades constitucionales, incluidos los jueces de la Corte Suprema, la desintegración de los partidos políticos y la confiscación de sus locales y bienes.

La institucionalidad estaría regida por el Acta de la Revolución Argentina y su correspondiente Estatuto; la Constitución tenía vigencia sólo en aquellos puntos en que no se contrapusiese con el Acta. Pese a que la dictadura afirmaba que no tenía plazos sino objetivos, estos no aparecían claramente expresados, excepto cuando planteaban que se debía luchar contra el comunismo y la "infiltración marxista". El tiempo económico debía ayudar a la acumulación de capitales y a disminuir los costos operativos, es decir, a abaratar la mano de obra y frenar la inflación, para que el país pudiera modernizarse. En la práctica, transitó de una promesa desarrollista a una realidad liberal, reimplantando la economía de mercado pregonada por Álvaro Alsogaray. Luego vendría el tiempo social: cuando hubiera suficientes ganancias, se redistribuiría la riqueza, a fin de eliminar conflictos sociales. Finalmente, el tiempo político daría paso a la apertura democrática, cuando ya no existieran antinomias entre peronistas y antiperonistas. Los objetivos de "moralidad" estaban relacionados con los "Cursillos de Cristiandad" que provenían de España, y su régimen franquista, del cual Onganía era adepto. Su obsesión al respecto llegaba a extremos irritantes, ya que calificaba como "libertinaje" tanto a la nueva moda (minifaldas, pelo largo), como a diversas situaciones (besos en público, oscuridad en las boites, chistes sobre la autoridad). Si era considerada inmoral, la persona podía ser sancionada, porque se afirmaba que la inmoralidad abría la puerta a la subversión marxista. Con este pretexto, la censura se abatió sobre todas las manifestaciones culturales: cine, radio, televisión, publicaciones, teatro, etcétera.

"La noche de los bastones largos"

Entre 1955 y 1966, las universidades habían gozado de la democracia interna prevista por la Reforma de 1918. Hasta la irrupción de Onganía, la universidad era una "isla democrática", ya que allí estudiantes y profesores podían expresarse libremente; había mucha militancia de izquierda, y el peronismo, minoritario en los claustros, casi no se oía. Esto, visto con los ojos del gobierno militar, constituía un foco opositor de mentes críticas, de "politización" y agitación estudiantil. El enemigo principal del general Onganía, de acuerdo a los objetivos, era el marxismo y había que eliminarlo. Por eso, en julio de 1966, Onganía suprimió la autonomía de las universidades nacionales, que pasaban a depender del Ministerio del Interior. Profesores y alumnos protestaron por la medida, y se tomaron varias facultades. En Ciencias Exactas de la UBA la policía forzó las puertas y entró con gases lacrimógenos; el decano Dr. Rolando García, estudiantes y profesores fueron expulsados violentamente y apaleados por una doble fila de uniformados con cachiporras y culatas, en la denominada "noche de los bastones largos". La opinión pública se conmovió porque, además de golpear a los estudiantes, se atacó a destacadas autoridades académicas. En la represión muchos fueron heridos, cientos detenidos, e incluso en la Universidad de Córdoba hubo un estudiante muerto, Santiago Pampillón. Este trágico acontecimiento y la falta de libertad determinaron que cientos de profesores e investigadores que contaban con una excelente formación académica optaran por renunciar y exiliarse; se reubicaron en universidades e institutos de América y Europa. Entre los que se quedaron, algunos continuaron luchando subterráneamente contra el régimen de Onganía. La Universidad ya no era una isla democrática en medio de un país antidemocrático, y debió soportar profesores y programas oscurantistas.

Video: https://youtu.be/dAp3hmAv214

LA DEPENDENCIA

El proyecto económico:

El primer ministro de Economía de Onganía, fue Jorge Salimei, bien visto por grupos católicos conservadores. Su plan de "racionalización" de la economía implicaba cesantías masivas en los empleos públicos, los ferrocarriles, el puerto y otras empresas estatales. A fines de 1966 fue reemplazado por Adalbert Krieger Vasena, muy relacionado con los consorcios bancarios y las empresas multinacionales.

El proyecto económico de Krieger Vasena consistió en una recesión administrada de modo que favoreciera a las empresas más importantes, y colaboró con la concentración de capitales. La finalidad era controlar la inflación, aminorar los costos industriales y atraer capitales extranjeros. Algunas de las medidas tomadas fueron:

.        Devaluación del peso argentino en un 40 por ciento. A fin de mantener los precios fijos un tiempo prolongado y darles estabilidad a los empresarios para programar inversiones. Con esto los inversores extranjeros pudieron adquirir empresas argentinas a precios muy bajos en dólares. Es decir, se favoreció a la desnacionalización de la economía.

·         congelamiento de salarios por 20 meses. Para aumentar las ganancias de las empresas, se debía reducir el costo de la mano de obra.

·         Acuerdo de precios y congelamiento de tarifas de servicios públicos y de combustibles. Para paliar un poco el congelamiento de salarios: la inflación era menor, pero no dejó de existir, por lo que mermaba el salario real.

·         Rebaja de los aranceles aduaneros para la importación en un 50 por ciento. Supuestamente para favorecer la reposición de insumos importados para la industria local.

·         Retenciones (o impuestos) del 25 por ciento a la exportación de productos no industriales (agropecuarios). Compensaban las grandes ganancias obtenidas por la devaluación del 40 por ciento. Esas retenciones serían utilizadas por el Estado para compensar el déficit fiscal y para encarar grandes obras públicas.

El predominio del capital extranjero:

Con respecto al petróleo, con Onganía se retrocedió a lo actuado por Frondizi y se buscó atraer nuevamente a las multinacionales petroleras. Para el FMI (Fondo Monetario Internacional), el plan de disminución de gastos públicos de Krieger Vasena fue efectivo, y fue felicitado por sus logros. Con la política de ajuste bajó la inflación a menos del 10 por ciento anual en 1967, por lo que mejoró la confianza de los inversores nacionales y extranjeros. Por ejemplo, durante 1968, Estados Unidos invirtió 66 millones de dólares, que era más que lo que había invertido durante el gobierno de Ilia, pero menos que en la época de Frondizi. El FMI concedió un crédito de 125 millones de dólares, y se obtuvieron otros préstamos más de Europa y Estados Unidos. Este dinero, sumado al de la retención a las exportaciones tradicionales y a la diferente distribución del gasto público se invirtió en grandes obras de infraestructura: se encaró la construcción de la represa hidroeléctrica gigante El Chocón-Cerros Colora-dos, la central nuclear de Atucha, la construcción de varios puentes y túneles a través del río Paraná y sus afluentes y la extensión de las rutas asfaltadas. Estas iniciativas brindaron prestigio a la dictadura de Onganía. El resultado de la desnacionalización de la industria se visualizaba ya al año de iniciado el onganiato: en 1968, la principal empresa argentina estaba ubicada en el decimocuarto lugar entre todas las del país; en 1969, entre las cien mayores empresas localizadas en la Argentina, 83 eran extranjeras o tenían participación de los capitales foráneos.

Los efectos del plan económico: "Tucumán Arde"

 Históricamente el Estado había protegido y subsidiado a las producciones regionales, como la azucarera en Tucumán o la algodonera en el Chaco. La inversión de dinero para favorecer a pequeños productores no era considerada "racional" por el onganiato; el régimen, con el pretexto de una crisis de superproducción de azúcar, eliminó los subsidios del Estado. Como consecuencia, cerraron once ingenios azucareros y se produjo el desempleo masivo en la región: 250.000 obreros azucareros fueron despedidos; los pequeños productores de caña resultaron desplazados de la actividad; se liquidaron cooperativas cañeras, fábricas proveedoras de herramientas y comercios que vivían de los ingenios. Una asamblea de la Federación Obrera de Trabajadores de la Industria Azucarera (FOTIA) en Santa Lucía, fue disuelta por fuerzas conjuntas tras un violento ataque; los activistas se defendieron con bombas incendiarias, pero además de los detenidos y de los heridos, el saldo fue la muerte de Hilda Guerrero de Molina, trabajadora y cocinera de una olla popular. El ataque policial con balas a mujeres y niños desarmó la resistencia de los sectores afectados. El vaciamiento demográfico produjo pueblos fantasmas y el éxodo de casi una tercera parte de la población tucumana que emigró hacia el Conurbano bonaerense.

En términos económicos, el cierre de pequeños ingenios favoreció la concentración de la producción en unos pocos propietarios tucumanos (las familias tradicionales Paz, Nougués y Terán), y el desarrollo de los ingenios azucareros Ledesma y Tabacal, en Salta y Jujuy, que finalmente monopolizaron el mercado.

 

La política laboral:

 La política económica aplicada por Krieger Vasena redujo los costos de mano de obra para las empresas. Asimismo, durante esa dictadura se congelaron los salarios de los trabajadores; se rebajó el monto de las indemnizaciones por despido arbitrario; se elevó la edad jubilatoria de 60 a 65 años; se impuso la ley de Arbitraje Obligatorio en caso de conflicto laboral, para no llegar a la huelga; se estableció la ley sobre el servicio civil de defensa, que implicaba la obligatoriedad del trabajador en la movilización antihuelguística, y se eliminó en muchos casos el llamado "trabajo insalubre" que consistía en trabajar seis horas y cobrar ocho. Con relación a los trabajadores portuarios, el régimen de Onganía eliminó numerosas conquistas (obtenidas en 1946). Cuando declararon la huelga en repudio a estas medidas, la dictadura intervino el sindicato y condenó a cinco años de prisión a su dirigente. Los trabajadores ferroviarios también sufrieron, porque la "racionalización" económica de su gestión consistió en la eliminación de ramales de ferrocarriles deficitarios y el consecuente despido de muchos empleados. El sindicalista Augusto Vandor creyó en un primer momento que podría presionar y negociar acuerdos con el régimen de Onganía, pero sus expectativas pronto se vinieron abajo. En un gobierno de neto corte autoritario como el de Onganía no se podían poner condiciones, por lo menos sin perder los privilegios, sin sufrir cárcel o persecución.

LA LUCHA POR LA LIBERACIÓN

 La CGT de los Argentinos:

 En marzo de 1968, la oposición de los trabajadores al gobierno militar tuvo expresión en el Congreso de la CGT. El gobierno había anunciado que no reconocería la participación de los gremios intervenidos. Sin embargo, los sindicalistas combativos ganaron el control de la CGT y se eligió como nuevo secretario general a Raimundo Ongaro, del Sindicato Gráfico.

La CGT de los Argentinos, dirigida por Ongaro, combativa desde sus inicios pidió por la libertad de los compañeros detenidos. El 1° de mayo de 1968 expresó sus ideas y convocó a la lucha a través del Semanario CGT dirigido por el periodista Rodolfo Walsh. En el Semanario se denunciaba la situación de pérdida de derechos, las persecuciones y torturas, e informaba sobre las protestas obreras y toda forma de resistencia al régimen militar: estudiantil, universitaria, villera y de los sacerdotes del Tercer Mundo. En 1969 un decreto de Onganía ordenó clausurar el Semanario de la CGT y los últimos números debieron editarse clandestinamente.

El Correntinazo y el Rosariazo:

Las universidades continuaron siendo golpeadas por la dictadura de Onganía. Cuando aumentaron los precios en los comedores universitarios (fundamentales para todos los estudiantes del interior) se alzó la protesta en Corrientes. Debido a la represión policial murió un estudiante. En repudio por estos sucesos, en todas las universidades del país se hicieron actos de protesta y hubo otra víctima en Rosario. El dolor y la indignación por las muertes multiplicaron las manifestaciones y se incrementó la violencia gubernamental: otro estudiante rosarino (un adolescente del secundario) fue asesinado. En el Rosariazo se destacó la adhesión de un grupo muy importante de sacerdotes hacia los grupos que sufrían miseria y violencia; por eso tuvieron un serio conflicto con su obispo local. El Ejército declaró a Rosario "zona de guerra" y estableció Cortes Marciales para juzgar a los civiles. El impacto en la opinión pública fue tan grande que las dos CGT se unieron declarando un paro general de 24 horas en contra de la represión y de la política económica, para el 23 de mayo de 1969.

El Cordobazo:

En Córdoba se habían asentado, durante el gobierno de Frondizi, grandes fábricas de automotores. Para evitar el descontento y tener una mayor productividad, la política de esas empresas fue de conceder salarios más altos que los de convenio y estimular la formación de sindicatos por empresa. Es decir que los trabajadores cordobeses no formaban parte de los grandes sindicatos por rama de actividad (como la UOM, Unión Obrera Metalúrgica). De este modo, las automotrices extranjeras evitaban en Córdoba el poder sindical que el movimiento obrero peronista tenía tradicionalmente en las grandes ciudades industriales como Buenos Aires y Rosario. Pese a ello, en la capital mediterránea se desarrolló una fuerte resistencia obrera y popular contra el régimen de Onganía. Además, muchos estudiantes trabajaban en las grandes fábricas y surgió una nueva generación de obreros jóvenes que se iniciaba en la lucha social. La dictadura de Onganía había permitido a empresarios de determinadas provincias que les pagasen a los obreros salarios menores a los acordados en las convenciones colectivas de trabajo; esto se conoció como quitas zonales. El argumento para las quitas era la promoción industrial, el menor costo de vida en esa región que en Buenos Aires, y el sábado inglés que regía en varias provincias, por los cuales se pagaba por 48 horas, aunque se trabajaran 44. Pero en mayo de 1969 se abolió por "ley" nacional el sábado inglés, o sea que las provincias que estaban disconformes con las quitas, pero que tenían una pequeña compensación con el sábado inglés, quedaban totalmente desfavorecidas. Con lo cual, ese año el gremialismo cordobés tenía varios motivos para hacer paro el 14 y 15 de mayo: la eliminación de las quitas zonales, la continuidad del sábado inglés, y el incremento constante de la cantidad que se debía producir para cobrar el premio de "productividad". La huelga impulsada por el sindicato de obreros automotrices (SMATA) y del transporte (UTA) fue violentamente reprimida por la policía. El 29 de mayo se convocó una nueva huelga y manifestación en el centro de la ciudad de Córdoba. Estudiantes y obreros marcharon unidos, y la represión policial asesinó al estudiante Máximo Mena. La noticia se difundió y comenzó la lucha para rechazar a la policía con barricadas y pedradas; se utilizaron bulones, hondas, clavos "miguelitos" y explosivos caseros. Se unieron encabezando la protesta los trabajadores del transporte y los de la Compañía de Electricidad de Córdoba (el sindicato Luz y Fuerza, liderado por Agustín Tosco), luego llegaron 4000 obreros de la automotriz IKA-Renault, los trabaja-dores de Fiat y Grandes Motores Diesel. Al mediodía ya ocupaban 150 manzanas; se situaron francotiradores que disparaban contra las tropas gubernamentales; se atacaron comisarías, empresas extranjeras e instituciones que simbolizaran autoritarismo o imperialismo. Por la tarde, Onganía movilizó al Ejército que ocupó militarmente la ciudad. Por la noche, los trabajadores del sindicato Luz y Fuerza produjeron "un apagón" para entorpecer el desplazamiento de las tropas. Recién el día 31 el Ejército pudo dominar la situación, con un saldo de 34 muertos, y aproximadamente 500 heridos y 300 detenidos.

Esa insurrección popular, conocida como el Cordobazo, tuvo la peculiaridad de que, pese a que la mayoría de los obreros eran peronistas, no se hizo en nombre de Perón. Muchos de los dirigentes sindicales más destacados eran independientes o "clasistas", es decir que afirmaban la lucha de clases para la toma del poder; entre esos dirigentes estaban René Salamanca y Agustín Tosco. Si bien el Correntinazo y el Rosariazo fueron muy importantes porque marcaron el comienzo de la reacción popular masiva contra el gobierno del general Onganía, el Cordobazo marcó el comienzo del fin de la dictadura de Onganía. Con la resistencia estudiantil, obrera y barrial unidas, se hizo frente al gobierno militar, repudiando su política represiva, económica y laboral. El equipo económico renunció en pleno, y se debió reemplazar al ministro de Economía Krieger Vasena por una figura que aparentaba ser más blanda, Dagnino Pastore. Varios dirigentes obreros fueron detenidos, llevados a sedes militares y juzgados por Consejos de Guerra. Agustín Tosco, uno de los líderes del Cordobazo, fue condenado a ocho años de prisión; en noviembre, Onganía dictó la amnistía para todos los detenidos en esa ocasión.

Video: https://youtu.be/8VDkQTFR-iU

La peronización de las clases medias:

La intervención de Onganía en las universidades arrasó con la política estudiantil, y los alumnos se abrieron hacia los problemas de la sociedad argentina. La militancia juvenil derivó hacia grupos gremiales o cristianos que demandaban la solución de problemas sociales concretos. Pero los gremios —que buscaban en los estudiantes asesoramiento histórico, legal o de otro tipo, para la formación de sus cuadros— y también los sacerdotes que dirigían grupos de jóvenes para el trabajo en zonas humildes eran en su mayoría peronistas. De este modo muchos estudiantes de clase media fueron descubriendo un mundo desconocido para ellos y lucharon por la abolición de las injusticias. Algunos se hicieron peronistas porque valoraron lo hecho por Perón en su gobierno, o porque gran parte de las clases trabajadoras con las que ellos estaban trabajando eran peronistas. De modo que lo que no pudo lograr Perón mediante el adoctrinamiento o la propaganda durante sus dos primeros mandatos, tuvo lugar por el compromiso de cambio social y político de los jóvenes estudiantes, que vieron que les resultaba difícil acceder al diálogo con los humildes desde teorías que muchos obreros consideraban "foráneas".

La guerrilla Concepto:

 El concepto guerrilla puede referirse tanto a los grupos revolucionarios armados que intentan lograr el apoyo popular para tomar el gobierno en países coloniales, semicoloniales o dependientes, como a la forma de lucha en la que estos grupos aprovechan el factor sorpresa y el conocimiento del terreno, para compensar la desigualdad numérica con un enemigo más poderoso. Originalmente su ámbito propicio fue rural (zona selvática o terrenos montañosos donde establecer bases guerrilleras inaccesibles para las fuerzas gubernamentales, como la guerrilla de la Revolución Cubana, o las FARC en Colombia). Donde no era posible por las condiciones sociales o geográficas, se manifestó en forma de guerrilla urbana. Sus acciones armadas podían tener objetivos logísticos para la revolución, como las tomas de comisarías o copamientos a instalaciones militares para apoderarse de armas; o realizar operaciones económicas, como secuestros de importantes empresarios y asaltos de bancos para obtener fondos, o finalmente operaciones políticas, como los asesinatos de figuras políticas o militares que tenían el repudio de gran parte de la población con fines propagandísticos o de una supuesta "justicia popular".

La Tendencia Revolucionaria del peronismo:

La Resistencia Peronista había sido desestructurada bajo la Presidencia de Frondizi con el Plan Conintes. Con la proscripción prolongada, en 1968 el peronismo no tenía una organización nacional. La consigna "Perón vuelve" continuó vigente durante las dictaduras de la denominada "Revolución Argentina", pero los peronistas no contaban con el apoyo de la CGT, hasta que se formó la CGT de los Argentinos. Con el asesinato del Che Guevara en Bolivia, Perón apoyó verbalmente la lucha revolucionaria.

Hacia enero de 1969 se realizaron dos Congresos del Peronismo Revolucionario, con representantes de organizaciones y de la CGT "A". Allí surgió la denominación Tendencia Revolucionaria del Peronismo, (que se nombraba, en forma abreviada, como La Tendencia). A La Tendencia se incorporaron masivamente jóvenes: peronistas, socialistas, comunistas, ex nacionalistas de derecha y militantes cristianos, muchos de ellos de clase media. Trabajaron tanto en actividades de promoción social, educativa y cultural o de difusión política, como en organizaciones político-militares (armadas). Dentro de estas organizaciones hubo debates sobre la preeminencia de la actividad política sobre la, como se dio en la FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) o posteriormente en Montoneros. La organización político-militar Montoneros hizo su aparición pública en 1970 con el secuestro y asesinato del ex presidente de facto, general Pedro E. Aramburu, símbolo del antiperonismo en el país. El secuestro fue realizado en el primer aniversario del Cordobazo y fue visto por el peronismo como un acto de justicia popular: Aramburu era responsable directo de los bombardeos a Plaza de Mayo, de la desaparición del cuerpo de Evita, de la proscripción del peronismo y de los fusilamientos de 1956. Montoneros anunció en un comunicado que pelearía

"con las armas en la mano por la toma del poder para Perón y para su Pueblo, y por la construcción de una Argentina libre, justa y soberana". Montoneros se formó por la fusión de un sinnúmero de grupos de militantes de Córdoba, Santa Fe, Reconquista y Buenos Aires. Luego se sumaron otras organizaciones como FAP, FAR y Descamisados. Hacia 1972 ya era la organización más numerosa y conocida de La Tendencia. Tras la muerte de sus principales dirigentes, Mario Firmenich pasó a ser la figura más importante de la conducción montonera.

La guerrilla guevarista En 1970 surgió el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) fundado por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Se trató de la organización armada argentina no peronista más importante. Sus primeras acciones de propaganda armada fueron en Rosario, donde realizaron el secuestro del gerente del frigorífico Swift para apoyar las demandas de los trabajadores en conflicto con esa compañía norteamericana. Esta táctica del PRT-ERP se repetiría luego con el conflicto por despidos en la fábrica Fiat y el secuestro del directivo de esa empresa, Oberdan Sallustro. Los militantes del PRT-ERP pretendían vincularse al nuevo clasismo obrero y desarrollar un movimiento sindical de base (comisiones internas de fábricas, delegados, etc.) con los sindicatos no peronistas de las grandes empresas automotrices extranjeras radicadas en Córdoba. El PRT-ERP también planeó implantarse en la zona rural de Tucumán, por ser una provincia que sufría la desocupación debido a que su economía había sido afectada por el cierre de ingenios azucareros.  

La Hora del Pueblo

La Hora del Pueblo fue un acuerdo entre los distintos representantes de los partidos políticos proscriptos, durante el gobierno de Levingston (noviembre de 1970). Constituyo la primera expresión oficial de reconciliación entre el peronismo y el radicalismo, después de 25 años de duros enfrentamientos y can el fin de presionar por la salida electoral. Por supuesto, fue repudiada por los sectores más conservadores y por los militares, ya que significo el compromiso entre los partidos de eliminar toda maniobra prescriptiva, aceptar la victoria de las mayorías y respetar a las minorías. También se pusieron de acuerdo en que, ganara quien ganara, se llevaría adelante una política económica con orientación nacional. Concurrieron para firmar la alianza el delegado personal de Perón (en ese momento, Jorge D. Paladino), Ricardo Balbín (UCR), Vicente Solano Lima (Partido Conservador Popular) y representantes del Partido Demócrata Progresista, Partido Socialista Popular, Bloquismo Sanjuanino e independientes.

Lanusse presidente de facto:

El Gran Acuerdo Nacional

 El general Alejandro Agustín Lanusse torno las riendas de la tercera etapa de la "Revolución Argentina" (1971-1973) dispuesto a buscar una solución a la crisis política. Su propuesta era el Gran Acuerdo Nacional o GAN, por medio del cual preparaba la transición hacia la vida política del país, intentando que la retirada del Ejercito fuese de la manera más honrosa posible. Trataba de someter a todos los sectores políticos a las reglas de juego que el mismo impusiera. Por lo pronto, permitiría por primera vez en quince años, la incorporación del peronismo a las elecciones generales. Lanusse quería llegar a un acuerdo con Perón para ser, el en persona, el candidato por el Ejercito y por el peronismo. Perón se rehus6 a negociar, ya que el régimen en crisis sentia la presión del acuerdo entre radicales y peronistas en la Hora del Pueblo. Pese a que la represión seguía y calan presos los dirigentes del sindicalismo combativo (entre ellos Raimundo Ongaro y Agustín Tosco) la guerrilla continuaba con acciones espectaculares, como tomas de pueblos (La Calera, Garín, San Jerónimo Norte) y comisarias. El fusilamiento de los presos políticos que se habían fugado de la cárcel de Trelew el 22 de agosto de 1972 provoca la indignación del pueblo, que los considero sus mártires; una multitud desafío a la dictadura con su concurrencia a los entierros.

Lanusse: negociaciones con Perón

Lanusse consideró que para calmar a la guerrilla debía negociar con Perón y envió a su secretario, Cornicelli, a Madrid. Pretendía que Perón prohibiese la lucha armada en el peronismo, o que solicitase, si esto era imposible, que los guerrilleros no invoquen su nombre, a cambio de ofrecimientos como la devolución del cuerpo de Evita (que había sido sustraído por los militares golpistas de la “Revolución Libertadora”), la restitución de su grado militar o, incluso, propuestas monetarias. Perón le respondió que él nada podía hacer a 15.000 kilómetros de distancia y no condenó a las “formaciones especiales” del peronismo (es decir, a la guerrilla peronista). Pero con estas propuestas quedó en evidencia que Lanusse sabía dónde se ocultaban los restos mortales de su esposa y le envió a la residencia de Perón en Madrid (Puerta de Hierro) el cuerpo embalsamado de Evita para congraciarse con Perón. Perón se había convertido en el gran árbitro de la política argentina. Después de tantos años de proscripción, se reconocía que el líder del peronismo era la única garantía de paz en esa Argentina convulsionada. Lo único que obtuvo Lanusse fue que el peronismo aceptara las elecciones del 11 de marzo de 1973, pese a la proscripción de su líder: el presidente de facto había pergeñado una ley electoral con una cláusula de residencia que impedía ser candidato a quien no estuviera en el país antes del 25 agosto de 1972.

Perón en la Argentina

Lanusse intentó desprestigiar a Perón y desalentar su retorno a la Argentina: afirmó que “no le daba el cuero para volver”. Perón lo desafió: dispuso su regreso para el 17 de noviembre de 1972 con el objeto de organizar la campaña electoral y discutir las bases de la futura política con los sectores que habían firmado La hora del pueblo. El gobierno militar puso miles de efectivos militares en el aeropuerto de Ezeiza para evitar las concentraciones de personas (justificó la medida con el estado de sitio imperante), pero la movilización fue igualmente masiva, bajo la lluvia. Al día siguiente, en su casa de Vicente López (en la calle Gaspar Campos), Perón comenzó a recibir numerosos grupos que se acercaron para discutir distintos aspectos políticos. Se firmó un acuerdo entre la CGT, la CGE (Confederación General Económica) y los principales partidos políticos nacionales y movimientos provinciales, que tenía como objetivos fundamentales la independencia económica, la justicia social y el cambio de modelo económico. En ese sentido, se fijaron las pautas para el desarrollo nacional autónomo, con un nuevo trato hacia el capital extranjero, apoyo a la empresa nacional y una política internacional tendiente al trabajo conjunto con los países del Tercer Mundo. También Perón tuvo una reunión con un numeroso grupo de sacerdotes tercermundistas, de la que algunos salieron muy satisfechos y otros decepcionados, porque vieron que Perón no se pondría a la cabeza de una revolución socialista. Después de reuniones con distintos sectores, Perón volvió a España para preparar su regreso definitivo a la Argentina (que ocurrió unos meses más tarde, el 20 de junio de 1973). En noviembre de 1972, después de dieciocho años de exilio, Perón volvió al país. Sin embargo, no permaneció en el mucho tiempo. Regreso a España tras haber acordado con los grupos partidarios la creación del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) y la candidatura a la presidencia de Héctor José Cámpora. Cámpora gana las elecciones con cerca del 50% de los votos. Los jóvenes, mediante la Juventud Peronista y Montoneros, habían dado a la campana un inusual tono movilizador. Una de las consignas más escuchadas era Cámpora al gobierno, Perón al poder. Otros sectores del peronismo -entre ellos, el sindicalismo- dejaron de ocupar el primer plano, lo que genero suspicacias.

 “Cámpora al gobierno, Perón al poder”

La reforma electoral de Lanusse

Para el mandato presidencial de 1973 debía regir la Constitución Nacional de 1853 con sus reformas posteriores, que estipulaban un período presidencial de seis años, elección indirecta de fórmula presidencial y los requisitos establecidos para la elección de candidatos, en los que no figuraban los decretados por Lanusse. La reforma electoral del general Lanusse impuso un mandato presidencial de cuatro años, la elección del presidente y vicepresidente por ballotage o segunda vuelta, excepto que el primero ganase por más de la mitad de los votos, y una cláusula de residencia en el país en los últimos seis meses. Es decir, la “ley” estaba diseñada especialmente para excluir a Perón de la candidatura presidencial y para tratar de evitar que ganara el peronismo o que fuera corto su mandato y tuviera asegurada la oposición en el Congreso. Para las elecciones, el peronismo se alió en el FREJULI (Frente Justicialista de Liberación) con otros partidos: el Conservador Popular, el MID (Movimiento de Integración y Desarrollo, frondizista), demócrata-cristianos y socialistas. En las elecciones del 11 de marzo de 1973 el FREJULI ganó por el 49,56 por ciento de los votos, por lo que la UCR, segunda con un 21,3 por ciento, reconoció el triunfo justicialista.

ACTIVIDADES:

1)      ¿Qué periodo de tiempo abarcó la llamada Revolución Argentina?

2)      ¿Quién llevo adelante la revolución argentina y cuáles fueron sus objetivos?

3)      ¿Qué relación puedes establecer entre las medidas económicas implementadas por Onganía y las huelgas y manifestaciones con el Cordobazo?

4)      ¿Cuál fue el proyecto económico que llevo adelante Onganía? ¿beneficio al pueblo?

5)      Realiza un texto de no menos media carilla que contenga las siguientes palabras o conceptos: DEPENDENCIA ECONÓMICA, DESNACIONALIZACIÓN DE LA ECONÓMIA, PREDOMINIO DEL CAPITAL EXTRAJERO. Luego relaciónalas con las banderas del peronismo.

6)      ¿Qué es la guerrilla y cómo surge?

7)      ¿Cuál es el brazo armado del peronismo y cómo surge?

8)      ¿A qué se llamo la hora del pueblo?

9)      ¿A qué se llamo el gran acuerdo nacional?

10)  ¿Cuál fue el acuerdo Perón Lanusse? ¿Cómo se produce el retorno de perón a la Argentina?

*La pregunta 5 vale dos puntos.

Video: https://www.youtube.com/watch?v=l2Em2kfE6PA&ab_channel=GeografiaHistoria 

lunes, 15 de noviembre de 2021

ETAPA RADICAL EN ARGENTINA 1916-1930

 

ETAPA RADICAL EN ARGENTINA 1916-1930

I La reforma del sistema político argentino

 

1. La Ley Sáenz Peña

 

Roque Sáenz Peña asumió la Presidencia de la Nación el 12 de octubre de 1910, con

Victorino de la Plaza como vicepresidente. Su medida más importante fue concretada en febrero de 1912, con la promulgación de la Ley 8.871, que establecía el voto universal, secreto y obligatorio, conocida como Ley Sáenz Peña. Se implementaba de este modo un padrón permanente, que se actualizaría cada cinco años. Al votante se le entregaba una libreta con varias hojas en blanco, que era obligatoria para el desempeño en empleos públicos. En cuanto a los distritos electorales el sistema de lista completa o pluralidad de sufragios: cada distrito presentaba la lista completa de diputados, y ganaba la lista que obtuviera mayor cantidad de votos.

La Ley Sáenz Peña buscó perfeccionar este sistema. Por un lado, el padrón electoral se

confeccionaría sobre la base del registro militar, con lo cual se determinaba que votaran sólo los varones. Por otro, el Poder Judicial Federal era el que debía organizar y supervisar las elecciones. El sistema elegido fue el de lista incompleta, mediante el cual se le daba un tercio de las bancas de diputados a la minoría, siempre que hubiera tenido al menos un 25% de los votos. Es decir, ya la lista que obtenía el primer lugar no tenía todos los cargos, sino que se admitía en parte al partido que salía segundo. Y se impuso el voto obligatorio para «crear al sufragante», ya que el pueblo, acostumbrado a que su voluntad no fuera decisoria, no concurría a votar, también sería el voto secreto para evitar el frade con el voto cantado. El voto optativo o voluntario favorece a las oligarquías, ya que los partidos con considerables medios económicos pueden movilizar mayor cantidad de votantes, haciéndolo sólo con los que son adeptos. La Ley Sáenz Peña se promulgó pensando en que si el Partido Radical (UCR) obtenía la minoría integraría el gobierno y dejaría de molestar con revoluciones, es decir canalizarían todas sus demandas en las elecciones eligiendo al partido que más representara sus intereses. Cuando Sáenz Peña dijo «Quiera [mi país] votar», nunca pensó que sus opositores ganarían las elecciones.

 

1)      ¿Qué buscaba modificar la ley Sáenz Peña?

2)       ¿Por qué se implementó el voto obligatorio y secreto en la ley Sáenz Peña y no el voto optativo?

 

 

II. Yrigoyen en el gobierno

 

1. El programa del partido Radical

 

Después de que la Convención Nacional de la UCR (Unión Cívica Radical) decidiera participar en las elecciones con la fórmula Hipólito Yrigoyen-Pelagio Luna, el radicalismo dirigió un manifiesto a la población por medio del cual convocaba a los comicios y establecía sus propósitos:

 «El país quiere una profunda renovación de sus valores éticos; una reconstitución fundamental de su estructura moral y material, vaciada en el molde de sus virtudes originarias. [...] La Unión Cívica Radical es la Nación misma bregando desde hace veinticinco años por libertarse de gobiernos usurpadores y regresivos. Es la Nación misma, y por serlo, caben en ella todos los que luchan por elevados ideales

que animan sus propósitos y consagran sus triunfos definitivos. Es la Nación misma que interviene directamente en la lucha cívica con el propósito de constituir un gobierno plasmado según sus bases institucionales constitutivas, sus principios y sus idealidades».

En esta convocatoria ratifican lo expresado en otros momentos: la no exclusión de ningún argentino que quisiera solidarizarse con la causa del «perfeccionamiento moral y político», ni siquiera desechando a quienes en otro momento habían sido adversarios. Si bien se llamaban «radicales» eran conscientes de que no estaban proponiendo una política revolucionaria. Es por ello que en 1891 en un diario partidista habían publicado: «... pedir ahora lo elemental en materia de libertad y garantías electorales es una intransigencia tan grande, y una temeridad tan impertinente, que ya no puede hacerse con la sencillez de los tiempos viejos. Para tan poca cosa es necesario titularse radicales».

1)      Esta política de no elaboración de un programa específico, ni siquiera económico, generó opositores dentro del mismo partido; 

2)      En 1909, un disidente había afirmado: «Somos individualistas y socialistas, federalistas unitarios, liberales y conservadores, creyentes y descreídos, religiosos y ateos. ¿Qué vínculo nos une entonces? En la actualidad no tenemos más que éste: el odio a la camarilla gobernante, todos nuestros discursos lo respiran. ¿Qué haríamos si mañana llegáramos al gobierno? Desgarrarnos, por una parte; exhibir en las alturas nuestra pobreza o divergencia de doctrina y conservar por otra el régimen existente con hombres nuevos». Yrigoyen le había respondido que no hacía falta un programa todavía, porque lo importante era regularizar la cuestión institucional: «Tal es el estado actual de la República, y extraviados viven los que piden programas a la Causa Reivindicadora, como exigencia legal y como sanción de justicia; me hace el efecto del mandatario pidiendo rendición de cuentas al mandante o el reo interrogando y juzgando al juez. El funcionamiento regular de las instituciones, repito, es lo fundamental de esta hora, y el día en que se obtenga, el mismo Partido Radical (de ello soy un convencido propagandista) concretará más su programa inicial con fórmulas que, traducidas en funciones de gobierno de legalidad, que entonces han de existir, pueden ser benéficas, mientras que ahora resultarían inocuas o contraproducentes al no armonizar con el conjunto». Probablemente las resistencias de Yrigoyen para definir su programa estuvieran relacionadas con el temor a perder parte del electorado necesario para llegar al gobierno. Una vez en el poder, las medidas adoptadas hicieron que una parte del radicalismo se fuera diferenciando, hasta escindirse en 1924.

 

3)      ¿Cuál era el programa del partido radical? ¿existía un programa para implementar en el gobierno? 

2. Las elecciones de 1916

 

La Ley Sáenz Peña había permitido el triunfo radical en algunos gobiernos de provincias, y del Partido Socialista en la Capital Federal (en 1913 y 1914). Pero este último partido, fundado en 1896 por el médico Juan B. Justo, se había dividido. Alfredo Palacios fundó el Partido Socialista Argentino, que no tenía posibilidades de triunfar en el interior del país; sí las tenían la UCR y el Partido Conservador. La UCR tenía fuerza en las clases medias urbanas y rurales del litoral –especialmente de la región cerealera–, así como también en las dos provincias más industrializadas, Mendoza y Tucumán; y contaba, además, con algunos votantes de clase obrera. Los conservadores dominaban las demás provincias del interior y a los sectores ganaderos. El problema para estos últimos fue que se presentaron divididos: el Partido Demócrata Progresista (que surgió de la Liga del Sur y contaba con distintas fuerzas conservadoras, como los partidos Liberal y Autonomista de Corrientes, Partido Popular y Unión Conservadora de Mendoza, Concentración de Catamarca) con Lisandro de la Torre-Carbó, y el partido conservador de Buenos Aires, que pensaba captar a los disidentes radicales santafecinos y maniobrar con los Demócrata Progresistas. Las elecciones fueron reñidas y, a pesar de que Yrigoyen salió primero, no contaba con la mayoría absoluta en el Colegio Electoral. Pero los disidentes radicales dieron sus votos a Hipólito Yrigoyen, con lo cual se vio frustrado el intento de los conservadores de estar nuevamente en el poder. Yrigoyen-Luna asumieron el mandato el 12 de octubre de 1916 con los votos de las clases medias, la clase trabajadora urbanas y rurales.

4)      ¿El partido Radical (UCR) gano las elecciones con los votos de que sectores sociales?

 

3. La minoría en el Congreso

 

Yrigoyen llegó al gobierno, pero no al poder, ya que respetó al Congreso que le era adverso. En 1916 sólo había cuarenta y cinco diputados radicales contra setenta

opositores, y cuatro senadores contra veintiséis. Si bien aumentó la proporción de radicales en las elecciones para diputados de los años siguientes, tuvo la oposición del

Senado, y sin ambas Cámaras no se pueden sancionar las leyes. Sabiendo

que el gobierno radical estaría limitado con pocos fondos, el Congreso –dominado por conservadores– le negó dinero para proporcionar créditos a los agricultores, e incluso hubo años en que directamente no se aprobó el presupuesto anual; Yrigoyen se tuvo

que arreglar utilizando el dinero por simple resolución del gabinete. De los 89 proyectos de ley elevados al Congreso en su primera presidencia, sólo fueron aprobados 26, algunos tras mucha insistencia, otros asuntos no eran tan importantes para su política. Es por ello que afirmaba que a su gobierno deberían juzgarlo no sólo por los hechos sino también por las intenciones.

5)      ¿Por qué en el texto se afirma que “Yrigoyen llegó al gobierno, pero no al poder, y que a su gobierno deberían juzgarlo no sólo por los hechos sino también por las intenciones”? 

 

4. Intervenciones a las provincias

Una de las promesas electorales fue el respeto por las autonomías provinciales. Una vez en el mando, sostuvo que el respeto debía a ser hacia los pueblos, no hacia los

gobiernos, y que por consiguiente tenía la obligación moral de proceder a la tarea re-

paradora que se había propuesto: que hubiera elecciones limpias, sin fraudes. Para ello

era necesaria la intervención de las provincias, a fin de garantizar la libertad electoral.

Intervino provincias por decreto en unas quince oportunidades; apenas cuatro veces

las intervenciones fueron hechas por ley, es decir, constitucionalmente. Para interve-

nirlas, Yrigoyen lo hacía durante la época de receso del Congreso, entre el 1o de octubre y el 30 de abril; los interventores debían normalizar la situación, convocar a comicios y acatar su resultado, sea cual fuere: lo que interesaba era acatar la soberanía popular. Fue muy criticado por sus opositores por estas medidas.

 

6)      ¿Por qué se produjeron las intervenciones provinciales durante el gobierno de Yrigoyen?

 

5. La política laboral: entre la protección y la represión

 

La política radical fue reformista, pero no al punto de transformar las estructuras socia-

les del país. Yrigoyen intentó mejorar, mediante la intervención del Estado, la situación

social de las clases desprotegidas, aunque con reformas parciales: se sancionaron la ley

de alquileres, leyes de jubilación para algunos sectores (bancarios, servicios públicos, y

reforma de la de los ferroviarios; no todos gozaban de este beneficio); la ley de trabajo

a domicilio (1918); la reglamentación del pago de salarios, para que se realizara en

moneda nacional (1925); la prohibición de trabajo nocturno en las panaderías (1926);

la jornada legal de ocho horas (1929). También tuvo la intención de dictar un Código de Trabajo, pero los distintos proyectos no fueron sancionados por el Congreso. Además, los empresarios violaban constantemente las leyes obreras: solamente en 1928, en Capital Federal, el Departamento de Trabajo comprobó 4.281 violaciones a leyes laborales. No se tenían en cuenta muchas leyes que se habían sancionado durante ese siglo, como la de descanso dominical, las que regulaban el trabajo de mujeres y menores, etcétera. En relación con los gobiernos anteriores, Yrigoyen cambió el trato con los gremios, con los cuales intentó el diálogo y el arbitraje.

 1) Algunos autores señalan el hecho de que trató de evitar la violencia, y otros afirman que sólo empleó el diálogo donde le convenía ganar los votos obreros; que no hizo lo mismo con gremios cuya mano de obra estaba compuesta mayoritariamente por inmigrantes –es decir, extranjeros–, o por militantes socialistas, anarquistas o foristas (de la FORA, Federación Obrera Regional Argentina).

 2)Finalmente, están los que señalan que su buena voluntad fue quebrada por la irrupción de numerosos reclamos sindicales y sociales que transformaron la vida económica o paralizaron la actividad de los sectores agro-exportadores, y que debió obedecer a las presiones de los poderosos propietarios, que solicitaban la intervención del gobierno en los conflictos laborales. De 80 huelgas que hubo en 1916 (con 24.321 huelguistas) se pasó al año siguiente a 138 (con 136.062 huelguistas), y en 1919 a 367 (con 308.967 adherentes). Aún seguía vigente la Ley de Residencia, que permitía la expulsión de extranjeros sindicalistas, huelguistas o agitadores sociales, que no fue derogada por Yrigoyen. Los números de huelgas bajaron drásticamente cuando comenzó a aplicarse la represión. Los sindicatos más activos que pusieron a prueba la paciencia de Yrigoyen fueron el de la Federación Obrera Marítima (1916) y el de los ferroviarios (1917). En los conflictos con ellos se aplicó el arbitraje, que finalmente favoreció a los trabajadores. Cuando en ramales ferroviarios ingleses empeoraron las condiciones de los trabajadores y se lanzaron a la huelga, la patronal creó una Asociación Nacional del Trabajo, a fin de defender sus propios intereses, y se contrataron rompehuelgas, con lo cual se dio inicio a una represión más sistemática. En diciembre de 1918 comenzó la huelga en los talleres metalúrgicos Vasena, que culminaría en la denominada Semana Trágica en enero de 1919. El origen de esta huelga fue el hecho de que, cuando aumentó la materia prima, los patrones bajaron los sueldos para mantener sus ganancias. Los obreros exigieron mejoras laborales: aumento del salario, jornada de ocho horas, pago de horas extras, abolición del trabajo a destajo (por cantidad de producción realizada) y reincorporación de compañeros despedidos por mantener actividad gremial. Los directivos contrataron rompehuelgas y matones armados, para evitar que los obreros les impidieran trabajar. Los carros con materiales eran custodiados por policías, y en un tiroteo murió uno de ellos, por lo que las «fuerzas del orden» les prepararon una emboscada. Una enorme multitud acompañó el entierro de los sindicalistas muertos, pero fue atacada a tiros desde los talleres; muchos grupos reaccionaron violentamente, y la ciudad fue un caos durante una semana, hasta que se desató la represión conjunta de policías, bomberos armados y el ejército. La respuesta obrera fue llamar a la huelga general, pero la violencia costó la vida de cientos de personas. Los empresarios armaron, con el consenso y el entrenamiento del ejército, bandas parapoliciales que atacaron a rusos y judíos en general, a quienes acusaban de «maximalistas» (comunistas); y a los catalanes, por ser «anarquistas». Estos grupos se organizaron luego en la Liga Patriótica Argentina. Sus integrantes fueron reclutados entre los sectores medios, y la consigna era la defensa del orden, de la propiedad y de la nacionalidad, entendida ésta con un criterio xenofóbico y excluyente.

Las huelgas en la compañía quebrachera La Forestal:

 La compañía inglesa La Forestal adquirió grandes extensiones de tierras para explotar el quebracho colorado, en la zona del Chaco santafesino y en el norte de Santiago del Estero. Comenzó sus actividades en 1905. La tala de bosques fue un negocio muy rentable para los capitales ingleses, que obtenían maderas de postes, durmientes para las vías del ferrocarril, aserrín, el tanino que se utilizaba en las curtiembres y carbón vegetal, que se usaba como combustible. La Forestal llegó a crear un verdadero «estado dentro del Estado Nacional», ya que controlaba puertos, ramales ferroviarios y estaciones dentro de sus propios dominios para el transporte de la madera; era propietaria de fábricas de tanino, obrajes y tiendas y poseía hasta un ejército privado. Como contracara de las riquezas obtenidas por esta empresa se veía la pobreza de los hacheros, carreros, cargadores y peones. En La Forestal no se pagaba con moneda nacional, sino como una moneda propia (vales o fichas que se canjeaban solamente en los almacenes). Los peones eran migrantes de las provincias vecinas, Corrientes, Santiago del Estero, Chaco, traídos por los contratistas y mayoritariamente indígenas (mocovíes, tobas, guaraníes). Si bien la empresa británica se opuso a todo tipo de organización y actividad gremial, en 1919 se produjo la primera huelga en La Forestal, por el reclamo de salarios más justos y condiciones de trabajo dignas. La FOM (Federación Obrera Marítima), que tenía organizaciones gremiales en todos los puertos del litoral, exigió a la compañía la contratación de obreros agremiados para las actividades de carga y descarga de rollizos de quebracho y tanino. Además, contaron con la solidaridad de los obreros ferroviarios anarquistas del Ferrocarril Central Norte, que obstaculizaron el recorrido de los trenes durante la huelga para impedir el transporte de tropas. Pero La Forestal consideró agraviada su autoridad y comenzó con los despidos, la paralización de las fábricas y obrajes y de su flota de carga. También prohibió terminantemente el uso de ropas y pañuelos de color rojo. En enero de 1921 comienza entonces la huelga grande. La compañía responde con despidos masivos y ofrece pasajes a los migrantes correntinos y santiagueños para que regresen a sus provincias. Se les pagaba para que se fueran, no una indemnización, sino un pasaje en tren, con el propósito de lograr la dispersión de los obreros rebeldes. Los huelguistas ocuparon vagones y resistieron a la policía, resguardados detrás las pilas de rollos de madera o refugiándose en los montes. La represión fue feroz, con la intervención de la policía provincial (enviada por el gobernador Mosca) y la policía privada. Por otro lado, la empresa introdujo una fuerza de choque, los «Penachos Colorados o Cardenales», que incendiaron el local de la Federación Obrera y las precarias viviendas de los trabajadores, propiedad de La Forestal, para forzar el desalojo. Durante la huelga, estas fuerzas actuaron en patrullas por los montes y líneas ferroviarias, por donde iban persiguiendo y capturando a los hacheros refugiados en los quebrachales. Hubo cientos de detenidos y muertos.

Las huelgas de la Patagonia:

 Los reclamos sindicales en la Patagonia comenzaron en los puertos, y fueron organizados por la Federación Obrera Marítima y por el Centro de Oficios de la ciudad de Río Gallegos; luego se extendieron al sector rural, en las estancias de la provincia de Santa Cruz. Los propietarios de estancias ovinas, extranjeros y argentinos, ligados al negocio de exportación de lana, integraban la Sociedad Rural de Santa Cruz. Para los peones rurales, las condiciones de trabajo eran miserables: los galpones donde dormían no tenían ventilación ni catres con colchones, tenían que pagar sus velas, no tenían permisos para ir al pueblo y no podían hacer reuniones. En noviembre de 1920 se presenta una propuesta que es rechazada por la Sociedad Rural Argentina (SRA) y los grandes propietarios ganaderos, por considerar excesivos los reclamos: salario mínimo, luz y tres comidas diarias pagadas por el patrón, un botiquín con instrucciones en castellano, sábados por la tarde libres, el reconocimiento de la Federación Obrera y la designación de un delegado en cada una de las estancias. La respuesta del gobierno de Santa Cruz fue clausurar el local sindical, detener a su secretario, el anarquista Antonio Soto (el «gallego Soto») y a otros dirigentes obreros, y embarcar a los detenidos en buques de guerra, para deportarlos.

Como consecuencia de esto, en 1921 estalla la huelga general. Los huelguistas solicitan

la libertad de los presos y la vuelta de los deportados. El conflicto se agrava y los estan-

cieros comienzan a desalojar a los peones. En la ciudad de Río Gallegos no se trabaja,

los puertos están paralizados y también se paralizan las tareas rurales. Los obreros

hacen paro en el frigorífico Swift. Los peones y esquiladores comienzan a ocupar las

estancias, tomando como rehenes a los propietarios, administradores o capataces.

Mientras los comerciantes y los ganaderos envían mensajes al presidente Yrigoyen,

quien también recibe presiones del embajador británico, los diarios de la capital deno-

minan «bandoleros» a los peones en huelga y publican las pérdidas ocasionadas por

los huelguistas (alambrados, caballadas, animales carneados, incendio de galpones y

de fardos de lana). Finalmente, desde Buenos Aires partieron las tropas del Ejército al mando del teniente coronel Héctor B. Varela, quien estará al mando de la represión junto con los propietarios rurales que integran la Liga Patriótica. El escarmiento fue ejemplar. En cada estancia, los grupos de peones que se rendían al Ejército eran formados en fila, encerrados en galpones o corrales, rapados con las máquinas de esquila o atados desnudos a los alambrados. Varela dará las órdenes de fusilar por tandas a todos los huelguistas, a quienes previamente les hacía cavar sus propias fosas. En todo el territorio de Santa Cruz fueron fusilados unos 1500 peones rurales.

Dos años después, el propio Varela será asesinado por el anarquista alemán Kurt

Wilkens.

7)      ¿Cuáles son las dos posturas que tratan de explicar la actitud que tomo Yrigoyen con la política laboral?

8)      Imaginen que son cronistas de un diario importante de   Buenos Aires y tes que redactar un pequeño texto en el que den cuenta de los acontecimientos de la Semana trágica, la huelga de la Forestal y la huelga de la Patagonia.

9)      ¿En estos conflictos queda evidenciado quien tiene el poder real? Justifica tu respuesta.

 

6. La política agraria

Yrigoyen había contado con los votos de los colonos agrícolas, y trató de satisfacer sus reclamos, para lo cual solicitó fondos para programas de colonización en tierras del Estado, así como también un banco del Estado que ayudara a resolver los problemas de los agricultores, pero dijimos que no contó con el aval del Congreso para los créditos. Lo más importante en este sentido fue la creación en 1920 de un banco hipotecario agrícola, a fin de que los colonos pudieran adquirir, por medio de préstamos, campos en los territorios nacionales. Algunos de los objetivos que se había propuesto Yrigoyen eran:

·         Detener la dilapidación de la tierra pública.

·         Proceder al rescate de la que había sido ilegítimamente enajenada.

·         Defender del despojo, en todo el país, al productor de las pequeñas explotaciones.

Es decir que frenó la entrega indiscriminada de las tierras públicas a grandes terratenientes, y recuperó millones de hectáreas que no habían sido vendidas correctamente (la mayoría de éstas, situadas en la Patagonia) por medio de un decreto donde se establecía la caducidad de las concesiones violatorias de la ley. Además, dispuso el estudio agronómico de la tierra, para que el gobierno conociera la calidad y las características de la tierra pública. Pero vimos que el gobierno no pudo satisfacer inmediatamente a los colonos, y la situación era difícil para ellos (según Romero, «el gobierno fue poco sensible a sus reclamos»). Durante la Primera Guerra Mundial disminuyeron los pedidos de cereales y aumentado los de carne, por lo que casi la mitad de la tierra destinada a cereales fue dedicada a los alfalfares (destinados al alimento vacuno). Muchos campesinos debieron emigrar a las ciudades. En 1919 –dados los bajos precios y el gran excedente de granos–, la Federación Agraria encabeza una huelga en la zona maicera. El objetivo de la protesta era solicitar la rebaja en los arrendamientos y la división de la tierra. Entre los huelguistas había jornaleros anarquistas, y chacareros que no lo eran. La fuerte represión del gobierno se desató con la excusa de que eran «maximalistas», pero después de esto el Congreso sancionó en 1921 una Ley de Arrendamientos que tenía en cuenta la mayoría de los reclamos de los colonos.

10)  ¿La política agraria de Hipólito Yrigoyen a quien beneficio?

7. La política indígena

Según Martínez Sarasola, al tratar de llevar a cabo una política novedosa, dirigida a los

sectores sociales tradicionalmente marginados, también los indígenas fueron tenidos en cuenta. Se fomentó la explotación de sus productos textiles, se habló de la «reparación cultural» y, en el Código de Trabajo presentado en 1921, se protegía el trabajo indígena, víctima de numerosos abusos, y se establecía que no se debería hacer ninguna diferencia entre los trabajos del indio y el de los restantes obreros. Sin embargo, hemos visto que el Código de Trabajo no fue aprobado; el proyecto específico en relación con las comunidades indígenas fue vuelto a presentar en 1927, y en ese momento se señaló el drama de las comunidades indígenas, con los indios «explotados por empresarios sin escrúpulos que aprovechan su trabajo sin darles otra paga que la de unos cuantos litros de alcohol» y de las mujeres, sometidas a la trata de blancas. Tampoco fue aprobado.

11)  ¿La política de Yrigoyen de qué manera benefició a los indígenas?

8. La Reforma universitaria

En 1918 existían sólo tres Universidades nacionales (Buenos Aires, Córdoba y La Plata),

y dos provinciales, que entre 1920 y 1922 pasarían a ser nacionales: la de Tucumán y la

del Litoral. A principios de siglo se habían fundado los primeros centros de estudiantes

en la Universidad de Buenos Aires: en las Facultades de Medicina (1900), Ingeniería

(1903) y Derecho (1905); la FUA (Federación Universitaria Argentina) se concretó en

1918; en ella se nuclean las distintas federaciones y organizaciones estudiantiles de

las diferentes universidades. El Movimiento Estudiantil Reformista surgió en Córdoba en junio de 1918, con un Manifiesto de los Estudiantes –redactado por Deodoro Roca– y se expandió a otras universidades argentinas y latinoamericanas. Comenzó realizando un reclamo por la participación estudiantil en la vida universitaria, para hacer del estudiante el centro del acto educativo y lograr su integración en el funcionamiento y gobierno de la universidad. A esto se sumó la reivindicación de la autonomía universitaria, el derecho a darse su propio gobierno y regular su funcionamiento. Su objetivo era abrir la enseñanza a las distintas tendencias, aceptando a todos los pensadores que tuvieran autoridad moral o intelectual para enseñar en sus aulas; propugnaban, por consiguiente, la libertad de cátedra, la asistencia libre, la docencia libre, la periodicidad de la cátedra, los concursos para la provisión de cargos, la publicidad de los actos universitarios, la gratuidad de la enseñanza, los seminarios y formas de enseñanza donde el estudiantado tuviera posibilidad de intervenir positivamente, y la extensión cultural por fuera de la estructura universitaria. Se trataba, en suma, de la democratización de la enseñanza universitaria. El Congreso de Reforma Universitaria se llevó a cabo un mes más tarde, en un ambiente convulsionado por la actividad estudiantil, y en él se sancionaron las bases del gobierno democrático de las universidades, con la participación de todos los profesores, estudiantes y graduados. El gobierno radical apoyó a los estudiantes, y luego implementó estas reformas en las otras universidades nacionales.

 

12)  ¿Qué relación encuentras entre el proceso de ampliación de la democracia y el establecimiento de autogobierno universitario?

 

9. La neutralidad argentina en la Primera Guerra Mundial

Yrigoyen continuó la política de neutralidad que había asumido la Argentina con su presidente anterior, Victorino de la Plaza. En este caso, «neutralidad» no significaba

«equidistancia», sino simplemente no participación en el conflicto bélico, porque Argentina seguía manteniendo sus lazos de dependencia económica con Inglaterra y actuando como proveedora de alimentos. Cuando Alemania inició la guerra submarina (1916) en respuesta al bloqueo marítimo inglés, le comunicó al gobierno argentino que

sus barcos serían atacados si cruzaban por la zona de bloqueo; a lo que Yrigoyen respondió que «ajustará su conducta a los principios y normas fundamentales de

derecho internacional»; no declaró la guerra –como lo hicieron muchas de las naciones americanas– y solicitó el desagravio a Alemania y la reparación material del

daño causado por el hundimiento de sus barcos, pese a las presiones de los distintos sectores que apoyaban a Inglaterra. Argentina se benefició económicamente por su neutralidad, ya que Alemania debió reconocerle su derecho a la libre navegación.

 

13)  ¿Qué papel jugo Yrigoyen en la primera Guerra Mundial?

 

III. El nacionalismo durante los gobiernos radicales

 

1. Los grupos nacionalistas

A comienzos del siglo pasado, el nacionalismo aparecía ligado al ideal liberal de la organización de los Estados; con el romanticismo, el concepto se fue transformando, y

comenzó a asociarse la idea de nación y la de raza hasta degenerar por completo, en este siglo, en el nazi-fascismo. A fines del siglo pasado, muchos antiguos liberales fueron adoptando rasgos xenófobos, dado que temían por la pérdida de la identidad argentina al ver que los inmigrantes traían otras costumbres, otras ideologías. Los gobiernos se dedicaron a cimentar la nacionalidad a través de la enseñanza de la historia y la geografía, y de la celebración de las efemérides patrias. Yrigoyen estatuyó el «Día de la Raza» y prefirió negociar con los obreros que eran argentinos, y no tanto con gremios, donde había mayoría de extranjeros. Entre quienes sostenían postulados nacionalistas estaban los que atacaban la «dependencia del extranjero», como Ricardo Rojas, que rechazaba «el abyecto vasallaje de nuestras clases intelectuales». También Manuel Gálvez empezó a difundir su lema «gobernar es argentinizar». Fueron dando los pasos iniciales del nacionalismo de derecha que haría eclosión después, al tocar temas como tradición, hispanidad, espiritualidad y orden. Se comenzó a hablar de «antiimperialismo», y los dardos fueron lanzados fundamentalmente contra Estados Unidos, porque el comercio con este país nos resultaba desfavorable en la balanza comercial; aunque el volumen de intercambio con Inglaterra era muy importante, al menos ésta nos compraba carnes y cereales, lo cual equilibraba la balanza. La encarnación chauvinista de la nacionalidad se plasmó en la Liga Patriótica Argentina,

dirigida por Manuel Carlés y surgida en enero de 1919 con la violenta represión a los

obreros en la Semana Trágica. Su extremismo intolerante era para salvar «el Orden y la

Tradición Nacional», de acuerdo con los criterios de los grandes propietarios.

Hacia fines de la década de 1920 surgen los denominados nacionalistas «de derecha»,

un «conjunto heterogéneo de grupos culturales y políticos, que comparten algunos

elementos político-ideológicos comunes, tributarios de ideas europeas, cuya difusión

realizan principalmente a través de escritos y publicaciones periodísticas. Todos ellos

se caracterizan por su oposición al proceso de modernización iniciado en 1880, su crí-

tica al sistema liberal, al positivismo y al socialismo, su exaltación de la nacionalidad

y su adhesión al catolicismo».

Publicaban sus ideas en La Nueva República (diciembre de 1927) y Criterio (marzo de 1928). Entre sus representantes podemos mencionar a Leopoldo Lugones, Julio y Rodolfo Irazusta, Ernesto Palacio, Juan E. Carulla y César Pico. De este núcleo también emergen los primeros historiadores revisionistas, unos años más tarde. Elitistas y despectivos hacia las clases obreras, muchos nacionalistas de derecha identificaron «democracia de masas» con «demagogia», y consideraron al radicalismo como una administración de «plebeyos», por lo que apoyaron e incluso participaron del golpe militar contra Yrigoyen. En este aspecto, estos nacionalistas coincidían con los conservadores.

14)  ¿Cuál fueron las características del nacionalismo durante la etapa radical?

 

2. Economía y nacionalismo

a) Las repercusiones económicas de la Primera Guerra en la Argentina.

La política exterior independiente de Yrigoyen quedó sólo en el plano de las relaciones internacionales; el radicalismo no pudo y/o no supo escapar de la dependencia eco-

nómica europea y de los efectos negativos de la guerra. Si bien al principio de la guerra mundial Argentina estaba en un momento de depresión económica debido al des-

censo de los precios de los productos de exportación y la paralización, en un primer momento, de todo el comercio exterior, poco a poco la situación se fue recuperando. Los ciclos económicos fueron, entonces, entre 1913 y 1917, depresión, seguida por la recuperación y auge hasta 1921, una nueva recesión hasta 1924, y nueva expansión que duró hasta 1929, en que comenzó la gran crisis. El auge se relacionaba directamente con el aumento de los precios de las exportaciones, consecuencia de la demanda de los países beligerantes. Las inversiones británicas habían cesado por completo durante la guerra, con lo cual había disminuido la participación del capital extranjero en relación con el nacional en nuestra economía, aunque, en proporción, habían aumentado las inversiones norteamericanas, especialmente en la industria frigorífica, beneficiada por la demanda creciente de la guerra. Sin embargo, en la posguerra –a partir de 1921– disminuyó la demanda por la acumulación de stock

en Europa, por lo que bajaron los precios de los vacunos.

15)  ¿Qué diferencia hubo con las inversiones británicas durante y las inversiones norteamericanas durante la Primera Guerra Mundial?

 

b) La protección a la industria.

Durante la guerra aumentan muchísimo los precios de los productos manufacturados,

y al mismo tiempo no alcanzaban a cubrir nuestras necesidades. Ésta hubiera sido una

buena oportunidad para desarrollar nuestra industria, la dependencia de las maquina-

rias y los insumos importados hicieron que esto fuera imposible. En 1918 se prohíbe la

exportación de metales no trabajados y chatarra, a fin de cubrir la materia prima para

la industria nacional, ya que las metalúrgicas se habían visto perjudicadas debido a la

falta de materia prima y equipos. Además, el gobierno lanzó una campaña publicitaria a fin de modificar los hábitos de consumo de la población, que estaba acostumbrada

a los productos extranjeros. Gracias al «proteccionismo objetivo de la guerra», crece

fundamentalmente la industria alimenticia (frigoríficos y molinos), la ganadera (la-

nas y cueros), las textiles y mecánicas. La disminución notoria de la importación de

carbón inglés para las máquinas a vapor trajo como consecuencia la producción de

carbón vegetal en Santiago del Estero y Chaco, así como el desarrollo de la explota-

ción petrolera. Esta política proteccionista estaba de acuerdo con las aspiraciones de

la UIA (Unión Industrial Argentina) que quería aranceles sólo para los productos que

compitieran con los nacionales. En 1923, las importaciones de productos extranjeros

volvieron a alcanzar el nivel que habían tenido anteriormente a la guerra; Marcelo T. de Alvear siguió entonces por un tiempo con el proteccionismo, aumentando derechos de aduana, pero más tarde esta política fue abandonada. De todos modos, aun sin una política industrial, la industria continuó en crecimiento, en muchos casos debido a la inversión de capitales extranjeros, primordialmente norteamericanos. Éstos invirtieron en nuevas ramas, como productos químicos o petróleo, así como también compraron empresas locales que antes pertenecían a los ingleses. Exportadores agropecuarios diversificaron su producción con la industria, como Bunge y Born, que instaló primero la fábrica de pinturas Alba y, unos años más tarde, la textil Grafa.

 

16)  ¿En que se basó el proteccionismo implementado a la industria durante el gobierno de Yrigoyen?

 

c) La intervención del Estado en empresas.

Yrigoyen intentó desarrollar una política nacionalista, para lo cual intentó que el Estado tuviera participación directa en sectores claves de la economía, como los transportes (ferrocarriles y flota mercante) y el petróleo. Su proyecto de creación de una Flota Mercante fue reiteradamente boicoteado en los aspectos más importantes por el Congreso, y sólo logró iniciarlo con la compra de algunos barcos para el transporte cerealero. Con respecto a los ferrocarriles, dispuso la caducidad de las concesiones ferroviarias que no habían cumplido con los contratos; debido a las presiones nacionales y extranjeras sólo pudo limitar su expansión futura y controlar los

aumentos de las tarifas, para que su actividad no fuera perjudicial a los intereses nacionales. Además, se preocupó por extender los ramales ferroviarios a aquellas zonas que lo necesitaban para su desarrollo regional. Con el fin de estimular la producción del noroeste comenzó la línea de Salta a Antofagasta (Chile), que, pasando por San Antonio de los Cobres, llegaría al paso fronterizo de Huaytiquina; luego se modificó este recorrido, que llegó entonces a Socompa. También proyectó la construcción del ferrocarril trasandino del sur, que uniría Bahía Blanca con el sur de Chile, vía Zapala, bordeando el lago Nahuel Huapi. Con respecto al petróleo, impulsó la producción a fin de competir con el crudo importado; dio mayor importancia a la Dirección General de Petróleo que, en 1922, se transformaría en YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales). Durante la presidencia de Alvear, YPF se desarrolló gracias a la dirección del coronel Enrique Mosconi. En 1929, durante la segunda presidencia de Yrigoyen se construyó el primer oleoducto en Comodoro Rivadavia, y se proyectó su llegada a Bahía Blanca. En su segundo mandato, Yrigoyen propuso el monopolio estatal del petróleo, proyecto que tuvo la oposición de los intereses norteamericanos (especialmente de la compañía petrolera Standard Oil) y de sus aliados vernáculos. El incremento de la producción nacional posibilitó que YPF regulara el precio del petróleo, que obligó a las empresas extranjeras a bajar el precio del litro de nafta. La política petrolera nacionalista fue una de las principales causas del derrocamiento de Yrigoyen en 1930. En cuanto a las tierras públicas, hemos visto que recuperó tierras del Estado y controló su venta.

 

17)  ¿De qué manera intervino el estado, durante la presidencia de Yrigoyen, en las empresas argentinas?

4. Política exterior nacionalista

Además de la neutralidad mantenida durante la guerra, cuando ésta finalizó (1918),

Argentina, en un principio, aceptó la formación de la Sociedad de las Naciones, pero

sostuvo que, «Tratándose de una Liga que ha de establecer la paz futura de todas las

naciones, no cabe distingos entre beligerantes y neutrales». Al no haber igualdad se fue de la Liga, ya que quería que la nueva organización internacional estuviera basada en la justicia –dado que se trataba de una entidad universal independiente– y no como garantía del Tratado de Versalles, a beneficio de los vencedores. De este modo, la política exterior de Yrigoyen se diferenció de la de sus antecesores, y fue realmente neutral. Asimismo, por el mismo concepto de justicia, fue opositor al pacto del ABC (Argentina-Brasil-Chile) firmado por su antecesor (1915), debido a que éste colocaba a las naciones en un plano de superioridad con respecto a los otros estados latinoamericanos. Propuso la reunión de un Congreso Continental de Repúblicas americanas neutrales (1917), que fue boicoteado por los Estados Unidos y fracasó. También se opuso a la intervención norteamericana en Santo Domingo. Por su política nacionalista, los sectores argentinos ligados a otras naciones lo tildaron de distintos modos: los liberales lo acusaron de germanófilo, y para los comunistas era anglófilo en 1921 y fascista en 1930.12

 

18)  ¿Cómo fue la política exterior de Yrigoyen y porque tildada de nacionalista?

IV. La presidencia de Alvear

1. Continuidad radical y diferencias entre Alvear e Yrigoyen

La Convención Radical eligió, con el visto bueno de Yrigoyen, la fórmula Marcelo T. de

Alvear - Elpidio González. Tras seis años de gobierno radical, el triunfo de la UCR sobre

la opositora Concentración Nacional fue rotundo. Diplomático radical en París, Alvear era un aristócrata afrancesado, de una personalidad muy diferente a la de Yrigoyen. Algunos historiadores resaltan la continuidad entre la política de Alvear e Yrigoyen, por ejemplo, con respecto al petróleo (se expandió YPF y se construyó la refinería en La Plata), a la creación de la Fábrica Militar de Aviones (1927) y a algunas leyes laborales. Otros, en cambio, destacan las innumerables diferencias:

·          No tuvo oposición en el Congreso.

·         Concurrió al Congreso a inaugurar las sesiones (no como Yrigoyen, que mandaba su mensaje escrito) y se ajustó a las normas legales; por ejemplo, sus ministros asistieron a las interpelaciones a las que fueron convocados.

·         Sólo un ministro de Alvear era yrigoyenista: el ministro de Obras Públicas.

·          No dispuso intervenciones federales por decreto.

·         Se acercó a los conservadores.

·         Mejoró la relación con las Fuerzas Armadas, que se habían equipado adecuadamente bajo la conducción de su ministro de Guerra, el general Justo.

·          Insistió en el Congreso para que Argentina retornara a la Liga de las Naciones.

·         Permitió la derogación de la ley de jubilaciones de empleados y obreros de empresas particulares.

·          No reglamentó la ley antimonopólica, por lo que ésta quedó prácticamente anulada.

·         Saboteó la Reforma Universitaria, y envió intervenciones a las Universidades de La Plata y del Litoral.

·          Se paralizó la construcción de los ferrocarriles a Huaytiquina, a Zapala y Madryn Esquel-Jacobacci.

·         Restringió los gastos públicos, al eliminar cargos administrativos que habían sido nombrados por Yrigoyen15.

·         Hizo campaña contra la corrupción administrativa, lo que significó purgas y despidos.

·          Ordenó los gastos del Estado, con lo cual redujo la deuda flotante.

 

Con respecto a la situación económica durante el período de Alvear, difieren las ópti-

cas de Rock, que resalta el momento de crisis en que asumió Alvear y las medidas que

tomó para superarla, y Luna, que afirma:

 

«La de Alvear fue una presidencia suertuda, deslizada suavemente en años de gran prosperidad sin sobresaltos ni dificultades. El período de 1922-1928 estuvo ubicado cómodamente entre dos crisis: la de posguerra y la que afligió al mundo desde 1929. Al llegar Alvear al poder, la economía argentina se había ajustado sobre bases reales, tras el desarrollo artificial provocado por la guerra mundial».

 

Según Félix Luna, Alvear se diferenció de Yrigoyen tanto en hechos concretos que

significaban posiciones opuestas, como en no hacer, no continuar con la «voluntad de

emancipación que encarnaba el radicalismo». Lo malo fue que, al apoyarse en un ala

partidaria opositora al yrigoyenismo, contribuyó a la división del radicalismo.

 

19)  ¿Cuáles fueron las principales diferencias entre Marcelo T. de Alvear e Hipolito Yrigoyen?

 

2. La división del radicalismo

Al echar de los cargos a muchos yrigoyenistas, Alvear perdió el control del partido, que

se dividió en dos bandos irreconciliables:

·         los yrigoyenistas, calificados como personalistas por los opositores.

·          los antipersonalistas, al que adhirieron conservadores y el sector elitista del partido radical.

En 1923, Alvear parecía inclinado hacia los antipersonalistas, con su ministro del Interior Vicente Gallo (que encabezaba la línea opositora junto con Leopoldo Melo).

Al dividirse el partido radical, y al salir de él los antipersonalistas –para formar en 1924

la Unión Cívica Radical Antipersonalista–, Alvear prefirió quedarse dentro de la UCR:

no quiso emplear los métodos de nombramientos en cargos a antipersonalistas ni in-

tervenir la provincia de Buenos Aires, ya que había criticado por esto mismo a Yrigoyen. Por ello, Gallo renunció, y Alvear quedó en el medio de ambas posturas.

 

20)  ¿Cómo se divide la UCR (Unión Cívica Radical)?

 

V. La segunda presidencia de Yrigoyen

 

1. Un nuevo mandato con dificultades

Los antipersonalistas votaron por la fórmula Leopoldo Melo - Vicente Gallo (Frente

Único); con el apoyo de Alvear, de los conservadores y de un sector de los socialistas,

pensaban que tendrían el triunfo asegurado. Yrigoyen –acompañado en la fórmula por

Francisco Beiró– tenía ya 76 años; su abrumador triunfo (cercano al 60% del total de los votos) desconcertó a los opositores. En su primer gobierno había obtenido el voto mayoritario de las clases medias; ahora ganaba los de la clase obrera. Esto había sucedido porque los obreros pudieron comparar ambos tipos de gobiernos radicales, y quisieron frustrar la reacción oligárquica. El sector conservador, que criticaba las consecuencias democratizantes de la Ley Sáenz Peña, poco a poco se puso a preparar el golpe.

«Ya por entonces el Congreso estaba lleno de chusmas y guarangos inauditos. Se había

cambiado el lenguaje parlamentario usual, por el habla soez de los suburbios y los comités radicales. Las palabras que soltaban de sus bocas esos animales, no habrían podido ser dichas nunca ni en una asamblea salvaje del África o del Asia. En el Congreso ya no se pronunciaban solamente discursos, sino que se rebuznaba».17

La UCR contaba con la mayoría de las bancas de diputados (91 a 67) pero la minoría en

el Senado (donde había siete radicales, nueve conservadores, nueve antipersonalistas y un socialista). Al principio, la actitud de los senadores fue de normal cooperación para la sanción de leyes como la de jornada legal de trabajo, las previsionales y la de censo ganadero nacional, pero luego comenzaron a trabar la labor del Congreso, y quedaron sin sancionar leyes como las de defensa sanitaria, un convenio comercial con Inglaterra y el proyecto de nacionalización del petróleo. Para lograr mayoría en el Senado y destrabar las leyes necesitaba controlar las legislaturas provinciales. Pero la forma en que se hizo no mereció la aprobación de la mayoría: en Mendoza, el líder Carlos W. Lencinas fue asesinado y, con respecto a los senadores sanjuaninos, éstos fueron impugnados tras un largo y arduo debate en el Congreso. Estaba próximo a tener la mayoría en el Senado, por lo que se proyectaba para 1931 volver a votar las leyes sobre nacionalización del petróleo. Y los sectores ligados a los intereses norteamericanos no estaban dispuestos a permitirlo. Cada vez era mayor el descrédito que se les endilgaba a las acciones yrigoyenistas en los medios, donde se acusaba al presidente, como mínimo de ineficiente, sino de corrupto. Había un malestar creciente de los sectores conservadores que no encontraba la salida por medio del voto de terminar con el radicalismo y terminaron apelando impulsando un golpe militar.

El 6 de septiembre de 1930 fue derrocado por un golpe de Estado liderado por el general José Félix Uriburu. Poco antes de su derrocamiento, su gobierno estuvo cerca de lograr la nacionalización del petróleo y la reacción de las empresas extranjeras, un hecho que se considera una de las causas del golpe de Estado.

 

21)  ¿Cuáles fueron las Dificultades que tuvo que enfrentar Yrigoyen en su segundo mandato?

22)  Observen el siguiente video i realicen un comentario al respecto:

 

https://www.youtube.com/watch?v=y42jS2Zxe4c&ab_channel=RicardoZacaria   

 

 

Enlace de video explicativo sobre los hechos mas importantes de la Etapa Radical:

https://drive.google.com/file/d/1H_-0a65RJ4fKZTjjwAm_Nd8TETsaz-wX/view?usp=sharing