REVOLUCIÓN RUSA
Antecedentes
La Revolución Rusa se trató de un
movimiento político, social y económico que tuvo lugar en el año 1917, liderado
por dos grupos de la población: los llamados Mencheviques (clase
profesional, monárquica moderada) y los Bolcheviques (clase obrera y
clase trabajadora, pobre en general), que se oponían a la monarquía del Zar
Nicolás II, la cual había generado descontento en la población debido a sus
políticas. Este movimiento tuvo lugar en la época contemporánea de la historia.
Protagonistas
En la primera etapa de la Revolución Rusa, dirigida
por Mencheviques, el primer presidente fue Alejandro
Kerensky, posteriormente el grupo de partidarios comunistas rojos y
Bolcheviques radicales, tuvieron como líder precursor a un personaje histórico
conocedor de las ideas de Karl
Marx llamado “Lenin” (Vladímir
Ilich Ulyánov), quien posteriormente lideró el movimiento Bolchevique de la
nueva Unión Soviética, y con el discurso de: “Todo el poder para los Soviets”
finalmente derroca a Kerensky, con la ayuda de León Trotsky, que lideró el
ejército rojo de Lenin.
Causas de la
Revolución Rusa
Existía cierto descontento por las políticas de
corte monárquico del gobierno de los zares, ya que diversos sectores sociales,
y la población en general, se sentían frustrados por las constantes derrotas en
las batallas con Alemania durante la Primera Guerra Mundial y por las políticas
sociales y económicas de la monarquía, por lo tanto muchos opositores
consideraron que sus derechos y libertades estaban comprometidas, y que las
nuevas políticas tanto sociales como económicas del socialismo naciente
solucionarían gran parte de sus problemas.
Las principales
causas por las que se llevó a cabo la Revolución rusa fueron las siguientes:
· Mientras
los demás países de Europa se modernizaban gracias a la Revolución industrial,
Rusia no lo hacía, ya que sostenía un sistema económico basado en el
monopolio de tierras, nobleza y aristocracia, el cual desfavorecía la economía
local y asentaba la diferencia de clases.
· La diferencia
entre clases generó que la población se encontrara descontenta con el
gobierno del zar Nicolás II.
· El
hecho de que se permitiera entrar capital extranjero a Rusia, el cual era
dominado por los centros productivos, causó revueltas y protestas.
· La
economía del país se encontraba paralizada y estancada, lo que generaba
mucha escasez, pobreza y miseria.
· El
pueblo se encontraba sometido a un régimen dictatorial que tenía el poder
absoluto e imponía fuertes prácticas gobernantes, por ejemplo, el exigir
la religión católica ortodoxa a todos los
habitantes.
Desarrollo de
los acontecimientos
Antes de la Gran Guerra, Rusia era gobernada por
zares. El zarismo era un régimen autoritario policial, que difícilmente
aceptaba reformas políticas. En 1894, el zar Nicolas II accedió al trono. Su
propósito era expandir la influencia de su imperio y competir con las grandes
potencias europeas. Entre 1890 y 1903, Rusia desarrolló su industria pesada
gracias al aporte de capitales extranjeros. En 1900, ocupo Manchuria. Este
movimiento genera un conflicto con los intereses del Japón era Corea y
desemboco en la guerra ruso-japonesa, que se desarrolló entre 1904 y 1905. El
Imperio zarista fue humillado militarmente. Como consecuencia de esta
situación, se produjo un primer estallido revolucionario. Grupos de obreros se
enfrentaron en las calles con el ejército zarista. El 9 de enero de 1905, la
milicia abrió fuego contra la multitud. Estallaron motines y huelgas, y
aparecieron los primeros soviets, formas de organización similares a los
sindicatos, formados por obreros y campesinos. Este episodio fue denominado
Domingo Sangriento. Para contener el desorden, el zarismo convoco al
Parlamento, denominado Duma, y promulgo una constitución. Sin embargo, no pudo
ocultar la debilidad del régimen, que quedo en total evidencia durante la
Primera Guerra Mundial.
Camino a la revolución, Rusia era un gran imperio,
formado por pueblos muy diversos. Tenía casi 150 millones de habitantes. Era
también una sociedad fundamentalmente agraria. Solo a fines del siglo XIX,
había comenzado un proceso de industrialización impulsado por el propio Estado.
Sin embargo, entre 1905 —cuando se produjo el primer intento revolucionario— y
1917, las derrotas, las enormes pérdidas humanas en el frente y el colapso de
la económica rusa provocaron nuevos descontentos. En febrero de 1917, el pueblo
agotado exigía la paz. Mientras, se multiplicaban las huelgas y las tropas
desobedecían las Ordenes de sus mandos. Los mencheviques y los bolcheviques,
dos facciones del Partido Obrero Socialdemócrata, participaban activamente de
este proceso insurreccional. En marzo de ese año, incapaz de acceder a las
demandas, el zar abdica. Fue sucedido por el príncipe Lvov y, luego, por el
socialista moderado Alexander Kerensky. El gobierno de Kerensky tampoco logró resolver los problemas. La situación social
empeoró. Ante la debilidad del nuevo régimen, los soviets comenzaron a ejercer
el poder de hecho. Se multiplicaron las demandas de paz, pan y tierra. El
cansancio de una guerra que parecía no tener fin, la sensación de un mundo al borde
del abismo y la pérdida de poder efectivo de Kerensky precipitaron los
acontecimientos.
La Revolución de Octubre, el 7 de noviembre de 1917,
el Partido Bolchevique -liderado por Lenin- enunció el lema Todo el poder a los
soviets. Este lema reivindicaba el poder para los obreros y los campesinos.
Presionado por los bolcheviques, el gobierno de Kerensky cayó y el Partido
Bolchevique toma el poder del Estado. Tras la toma del Palacio de Invierno,
instauro La República de los soviets. Este proceso se conoció como Revolución
de Octubre, pues el día 7 de noviembre correspondía al 25 de octubre en el
calendario ruso empleado en aquella época. La Revolución no solo conmovió al
mundo, sino que abrió una nueva fase en la historia de la humanidad.
Inmediatamente, el nuevo gobierno procure salir del conflicto bélico mundial.
La paz se firmó el 3 de marzo de 1918 en la ciudad de Brest-Litovsk, en
condiciones desfavorables para Rusia, ya que esta potencia perdió los
territorios de Polonia, Finlandia, los países bálticos y Ucrania. El retiro de
Rusia del frente oriental fue muy conveniente para Alemania, pues le permitió
concentrar su ofensiva en el frente occidental.
La guerra civil y el comunismo de guerra. Lenin
instaura un sistema político y económico construido a partir del marxismo, la
doctrina basada en las ideas de Karl Marx. En la teoría marxista, al
capitalismo sucede el socialismo, antes de Llegar al comunismo. El socialismo
proponía la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de
producción, es decir, de las tierras y las fábricas y establecía la
distribución de los bienes por parte del Estado y la regulación de las
actividades económicas y sociales. Las primeras medidas tomadas por el gobierno
revolucionario fueron la expropiación de las tierras a los terratenientes y a
la Iglesia, la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, y
el establecimiento del control estatal sobre el comercio exterior y el sistema
bancario. Algunos dirigentes revolucionarios intentaron que las dificultades
económicas fueran percibidas como un valor. La administración de la escasez, la
política de requisas y la perdida casi absoluta del valor del dinero fueron
denominadas comunismo de guerra. Para los bolcheviques, fue más sencillo tomar
el poder que sostenerse en él. En 1917, estallo una guerra civil que enfrenta,
durante tres años, al Ejército Rojo con el Ejercito Blanco. Finalmente, en
1920, en el marco de una hambruna generalizada, el Ejército Rojo venció al
Ejercito Blanco. Los bolcheviques habían resistido en el poder y, a pesar de
todas las suposiciones contrarias, se mantuvieron en él. Así, en 1922,
comenzaba la historia de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, un
proyecto alternativo al capitalismo. La instauración del socialismo no había
ocurrido -contrariamente a lo que sostenían las propias ideas marxistas- en un
país desarrollado.
La Nueva Política Económica En un contexto de creciente
escasez, para Rusia no quedaba otro camino que estimular los rendimientos
agrícolas. La industria, en tanto, debía incrementar la produce& para
satisfacer las necesidades del país en materia de maquinarias y productos de
consumo. En 1921, se adoptó una orientación económica diferente. Comenzó a
aplicarse la denominada Nueva Política Económica (NEP). Se trataba de un tipo
de comunismo de mercado, es decir, una economía mixta: la propiedad socialista
de los medios de producción coexistía con un mercado libre o economía privada.
El objetivo de esta política era acelerar la recuperación de la economía. Desde
el punto de vista social, era un intento por recuperar el apoyo de las masas
rurales. El plan económico revela la posibilidad de que los campesinos o kulaks
pudieran vender sus excedentes en el mercado libre. Como resultado de esta
política, la producción agrícola de la segunda mitad de la década de 1920 se
recupera hasta alcanzar un volumen similar al de 1913, y la industria liviana
experimento algunos avances.
La formación de la URSS En 1922, se prociam6 la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), integrada par Rusia y otras
catorce republicas, que albergaban una multiplicidad de grupos étnicos. La
formación de la URSS intento mejorar las relaciones entre el Estado y las
nacionalidades, que eran tensas. también se propuso mejorar la situación
económica. Para la teoría leninista, si los países subdesarrollados se reunían
en un Estado federal, podrían intimidar a las potencies capitalistas y establecer
y socialismo. Esta idea predomin6 durante la fundación de la URSS. El socialismo, se suponía, no
podría sobrevivir solo en un país pobre. Por eso, el leninismo abogaba por la
revolución de escala mundial. En 1924, murió Lenin, el principal líder de la
Revolución Rusa. Así, comenzó una cruda lucha por la sucesión en el gobierno y
en el partido. Esta puja por el poder enfrento, principalmente, a León Trotsky
y a Josef Stalin, quien finalmente accedió al poder. Con Stalin —quien, al
contrario de Lenin, defendía el socialismo en un solo país— comenzar una época
de persecución política y de purgas dentro del Partido Comunista, para terminar
con cualquier tipo de oposición a sus planes de gobierno. También se volvió más
tensa la relación con las nacionalidades. A medida que avanzaba la década de
1920, grupos étnicos de Bielorrusia y Ucrania fueron víctimas de la represión.
El nacionalismo había comenzado a considerarse como una amenaza a la integridad
territorial de la URSS. Con el tiempo, también se generalizaron las dudas
respecto de la conveniencia de continuar con los incentivos económicos de la
Nueva Política Económica. Además, se pensaba que este tipo de políticas marcaba
un rumbo que podía conducir a la contrarrevolución o a la vuelta al capitalismo.
La colectivización y el socialismo en un solo Pals
Ya bajo la dirección de Josef Stalin, en 1929, la URSS abandono la Nueva
Política Económica. Comenzó a aplicarse la colectivización forzosa de la
agricultura. Se expropiaron grandes extensiones de tierra, que fueron divididas
en koljoz (granjas colectivas) y en sovjos (granjas estatales). Se suponía que
las grandes unidades de producción generarían mayores excedentes que las
explotaciones particulares, lo que permitiría pasar a una Industrialización
acelerada. Este político provoca resentimientos entre los kulaks.
Paralelamente, se abandonaron los principios de la revolución internacional y
se adopta la formula del socialismo en un solo país. Stalin creía que no era
posible esperar el estallido revolucionario en otros países y que, por eso, la
URSS corría serio riesgo de ser atacada. De ahí provenía la urgencia por
desarrollar la industria pesada. Pese a que los problemas económicos
persistieron, aumento la producción de carbón y de acero, la explotación de hidrocarburos
y la producción de las industrias química y armamentista. La Constitución
promulgada en el año 1936 establecía que el gobierno seria ejercido por el
Consejo de Comisarios del Pueblo, el Presídium y el Soviet Supremo. El Consejo
de Comisarios del Pueblo era el órgano ejecutivo y actuaba en forma colegiada.
Pese a ello, el poder real residía en la persona de Stalin. El Presídium era la
delegación permanente del Soviet Supremo y ejercía funciones legislativas,
ejecutivas y de interpretación de las leyes. El Soviet Supremo era el órgano
superior del poder del Estado, equivalía al Parlamento y se reunía tres veces
al año. Estaba compuesto por el Consejo de La Unión de Representantes de las
Repúblicas y el Congreso de las Nacionalidades, con cinco miembros por
república.
Una nueva potencia mundial. No cabe Buda de que la
Revolución Rusa de 1917 fue uno de los acontecimientos más significativos de la
historia del siglo XX. Contra las expectativas de los fundadores del
socialismo, se lleve a cabo en un país atrasado, cansado y devastado
económicamente por la guerra. Karl Marx había sostenido que una revolución
socialista solo podía comenzar en un país muy industrializado y con una
poderosa clase obrera industrial. Esa no era la realidad rusa de 1917. Después
de 1930, la URSS se convirtió, a los ojos del mundo, en una gran potencia
mundial desde los puntos de vista económico y militar. Esta percepción estaba
reforzada porque La URSS quedo fuera de los efectos de la crisis y la depresión
económicas de la década de 1930.
Las consecuencias
provocadas por la Revolución rusa fueron las siguientes:
· Se
dio lugar a un cambio social, político y cultural que marcó un antes
y un después en Rusia.
· Se
logró derrocar al régimen imperial zarista y, así, se impuso el
primer Estado socialista del mundo bajo el mandato de Vladimir Lenin y su
gobierno bolchevique.
· En
1922 surgió la Unión Soviética, la cual tendría un gran poder a nivel mundial
hasta su disolución en 1991.
· Si
bien se logró destituir al gobierno absolutista, comenzó un período en el que
se reprimía a cualquier persona que estuviese en contra del gobierno comunista.
· Las
religiones se vieron debilitadas ya que se prohibió profesar cualquier
religión y se incitó el ateísmo.
Etapas de la
revolución rusa
La Revolución rusa comprende 2 etapas
fundamentales: la revolución de febrero y la revolución de octubre.
Revolución de
febrero
Ocurrida en febrero de 1917, los mencheviques llevaron a cabo una revolución que
provocó la caída del gobierno del Zar Nicolás II, dando así un inicio a la
Rusia comunista por parte de los trabajadores.
Los mencheviques pusieron a cargo de la presidencia
de la República a Alejandro Kerensky, quien sería luego derrocado al perder
popularidad por no haber realizado reformas económicas favorables y por tener
la intención de continuar con guerras estipuladas por el gobierno anterior.
Revolución de
octubre
Para octubre de 1917, debido a que las
elecciones acordadas por Kerensky nombraron a Kornilov como jefe de ejército,
este ingeniosamente planteó una rebelión en septiembre y, así, en octubre se
introdujo un nuevo gobierno revolucionario.
Este nuevo gobierno revolucionario, conocido como la verdadera
revolución comunista, estuvo al mando de los denominados bolcheviques, dirigidos por
Vladimir Lenin, el cual se impuso por sobre el gobierno provisional y se
quedó con la presidencia.
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